Colombia sigue avanzando hacia una movilidad más sostenible, y uno de los factores clave en esta transición ha sido la incorporación del alcohol carburante en la gasolina. En 2024, el uso de este biocombustible logró mitigar la emisión de 1,5 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂).
Una cifra que resalta su papel en la lucha contra el cambio climático y en la mejora de la calidad del aire en el país.
El alcohol carburante más amigable con el medio ambiente
Un impacto ambiental significativo: El alcohol carburante, también conocido como bioetanol, se mezcla en una proporción del 10% con la gasolina tradicional, lo que contribuye a reducir las emisiones contaminantes de los vehículos.
Un estudio realizado por el instituto suizo EMPA, la Universidad Pontificia Bolivariana y el Centro Nacional de Producción Más Limpia confirmó que este biocombustible disminuye las emisiones de CO₂ en un 74% en comparación con la gasolina fósil.
Gracias a esta reducción, Colombia se posiciona como un referente en la descarbonización del transporte en América Latina.
Carlos Graterón, director técnico de la Federación de Biocombustibles, destaca que “el alcohol carburante no es solo una alternativa, sino una solución efectiva que lleva más de dos décadas ayudando a los colombianos a reducir la huella de carbono del transporte y mejorar la calidad del aire en las ciudades”.
Además, resalta su impacto en la generación de empleo y en el desarrollo del sector agrícola, lo que lo convierte en un motor de crecimiento para las regiones del país.
Generación de empleo y equidad de género: La producción de bioetanol en Colombia no solo aporta beneficios ambientales, sino también impulsa el empleo formal, especialmente en zonas rurales.
En la agroindustria de la caña de azúcar, el 12% de la fuerza laboral está compuesta por mujeres, y se espera la generación de 1.500 empleos adicionales en los próximos años.
Este crecimiento refuerza el papel del sector en la inclusión laboral y en la promoción de la equidad de género.
Un pilar para la soberanía energética: La producción local de bioetanol en Colombia es comparable con la de algunos de los principales campos petroleros del país.
Con una capacidad equivalente a 57 mil barriles de petróleo por día, este biocombustible representa una alternativa viable para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y fortalecer la soberanía energética.
Beneficios adicionales para los vehículos: El uso de bioetanol no solo tiene ventajas ecológicas, sino también técnicas. Gracias a su alto octanaje, mejora el rendimiento de los motores, reduciendo el cascabeleo y aumentando la eficiencia de la combustión. Entre sus beneficios destacan:
- Mayor eficiencia en la combustión, optimizando la respuesta del motor.
- Reducción en la acumulación de residuos, prolongando la vida útil del vehículo.
- Disminución de las emisiones contaminantes, contribuyendo al cumplimiento de normas ambientales.
Avances en la movilidad sostenible: Colombia está probando nuevas tecnologías para maximizar el uso del bioetanol. Vehículos como el modelo Flexie, diseñado para operar con mezclas de hasta 100% de etanol, han demostrado mejoras en la eficiencia y reducciones significativas en emisiones.
Durante pruebas realizadas en el Alto de La Línea, la Costa Caribe y los Llanos Orientales, se comprobó que:
- Las emisiones de hidrocarburos disminuyen drásticamente.
- La aceleración mejora en un 2% y la potencia en un 9%.
- Se logra una eficiencia de 6.2 litros cada 10 km con tracción total.
Según Graterón, “el desarrollo de vehículos adaptados para mezclas superiores de etanol demuestra que la movilidad sostenible ya es una realidad, con un impacto positivo en la reducción de emisiones tanto a nivel nacional como global”.
Hacia un futuro de descarbonización total: En 2024, Colombia alcanzó una mezcla del 10% de bioetanol en la gasolina, y si la tendencia se mantiene, los biocombustibles podrían cumplir con el 100% de la meta de descarbonización del transporte para 2026.
Esto significa menos contaminación, más empleo, motores más eficientes y una transición energética sostenible que posiciona al país como líder en la lucha contra el cambio climático en la región.
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