El cierre de 2023 ha sido extraordinariamente positivo para la economía de Estados Unidos, superando las expectativas de los operadores y desafiando las previsiones de recesión. En el último trimestre del año pasado, el Producto Interno Bruto (PIB) experimentó un notable crecimiento del 3,3%, llevando el crecimiento anual total a un sólido 2,5% en comparación con 2022.
Este rendimiento excepcional ha sido impulsado principalmente por el robusto gasto del consumidor, que aumentó a un ritmo del 2,8%. Además, tanto la inversión empresarial como el sector de vivienda contribuyeron significativamente al crecimiento, superando las expectativas de los analistas.
La Oficina de Análisis Económico informó que la inflación subyacente se mantuvo en un 2% por segundo trimestre consecutivo, alineándose con los objetivos establecidos por la Reserva Federal. Esta estabilidad inflacionaria ha tranquilizado a los mercados, lo que se reflejó en la apertura al alza del S&P 500 y la disminución de los rendimientos de los bonos del Tesoro.
La Economía de EE.UU. creció favorablemente en el último semestre de 2023
Estos datos positivos han cerrado un año en el que la economía estadounidense demostró una sorprendente resistencia, desafiando las expectativas de una inminente recesión. A pesar de los aumentos en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, el gasto del consumidor se mantuvo fuerte, respaldado por el crecimiento sostenido del empleo y una disminución de la inflación.
El presidente Joe Biden podría aprovechar estos resultados en su estrategia electoral de cara a las elecciones de noviembre, buscando convencer a los ciudadanos de su éxito en el ámbito económico. La confianza del consumidor también ha experimentado mejoras en los últimos meses.
El cierre del cuarto trimestre, impulsado por un gasto navideño mejor de lo esperado, sugiere un inicio positivo para la economía en 2024, generando expectativas de que la expansión se asiente sobre bases más sólidas. Sin embargo, los analistas prevén una moderación en el crecimiento a lo largo de este año.
En cuanto a las proyecciones, la mayoría de los economistas han retractado sus previsiones de recesión, pero persisten algunas preocupaciones. Se espera que el crecimiento se desacelere en la primera mitad de 2024, debido al enfriamiento del mercado laboral y las incertidumbres en la disponibilidad de crédito y la demanda del consumidor.
La trayectoria de la inflación y la respuesta de la Reserva Federal serán factores cruciales para definir la dirección económica a lo largo de 2024. El mantenimiento de tasas de interés restrictivas podría impactar en la demanda, así como en los planes de contratación y expansión de las empresas.