El mundo ha dado un debate los últimos 15 años sobre la necesidad de avanzar en una agenda concreta y con resultados de cara al calentamiento global, al cambio climático, a esas particularidades que el mundo entero ha venido experimentando respecto a extremos fríos y altas temperaturas, la destrucción de cierta fauna tanto marina como terrestre, el descongelamiento de algunas placas polares, los niveles obviamente de contaminación de dióxido de carbono que se arrojan a la atmósfera, el deterioro de la capa de ozono, realmente como han aumentado los filtros WEBER.
Entonces, con base en todo esto, el mundo ha sido más consciente. Las empresas han empezado a articularse con los objetivos de desarrollo 2030 de la ONU, muchas de ellas han puesto una cara en sus organizaciones para hablar de sostenibilidad, sustentabilidad, carbono neutro, responsabilidad social empresarial con el medio ambiente, con los bosques, montañas, ríos, mares, océanos.
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El mundo ahora y como no verlo ahora más que nunca, es consciente de lo que ha venido pasando y pues ha propendido por tratar de minimizar o de compensar, mitigar la huella, el impacto que las actividades humanas o de industrias tienen en la tierra.
Y con base en esta agenda, se han desprendido ciertos compromisos ciertos, lineamientos o directrices que le invitan a algunos países y algunas industrias a disminuir sus actividades o a cerrar prácticamente sus operaciones.
Desde esta línea es atacado, por ejemplo, el uso del carbón, de la energía nuclear, de las plantas térmicas, se ha atacado la minería convencional, se han cuestionado muchas actividades, incluso quien lo creyera, el gas también ha entrado dentro de esa lista de “enemigos” para los más extremistas en esta agenda.
Y quien se pronuncia en contra de esta agenda lo hemos visto, que no es muy bien visto por el mainstream, por las organizaciones sociales y los ambientalistas y ciertas tendencias políticas y de inmediato son tildados como negacionistas del cambio climático y esta particularidad ha hecho que una agenda tan importante y necesaria para el mundo empiece a politizarse y como todo en la vida cuando se politiza, pues termina realmente mal.
De manera que hoy Colombia tiene, por ejemplo, un presidente extremista en estos asuntos que dice no podemos sacar petróleo, gas, ni oro, carbón, níquel, cobre ni nada, porque vamos a matar al mundo, a la humanidad y si no paramos ya nos vamos a extinguir.
Mientras otras personas de una misma ideología que el presidente de Colombia como Lula da Silva, Maduro o Gabriel en Chile siguen explorando sus recursos naturales con parámetros ambientales y estándares demasiado altos, con exigencias a los privados, con obras de mitigación, pues también entendiendo su peso en el mundo y velando por desarrollo de sus comunidades, pero en el caso de Colombia, el país está perdiendo su soberanía energética para depender de Venezuela bajo las directrices de este gobierno.
¿Y por qué hacemos este recuento? Porque cuando el presentador de la BBC le dice: ustedes son conscientes de esa cantidad de contaminación que van a arrojar a la atmósfera en medio del calentamiento global con la exploración de petróleo luego de que fuera hallado a 193 km de su costa de la mano de ExxonMobil un yacimiento de petroleros que pueden cambiar por completo el rumbo de su economía y su influencia a nivel internacional, convirtiéndolos en un país con una de las reservas más grandes de petróleo del mundo.
No es extraño que Guayana tengan petróleo, ya que están al lado de Venezuela y es por eso por lo que el país vecino ha buscado invadirlos. Pero también se cuestiona mucho que Colombia tenga o no tenga más petróleo y gas sería muy raro.
Es muy raro que no tenga más petróleo estando en este cordón geográfico que ha estado tan beneficiado por ese recurso natural, entonces cuando le dicen eso al presidente, él les dice venga a ver un momentico, ustedes van por el mundo predicando y diciendo que el mundo tiene que acabar con la contaminación y que nos vamos a morir. Pero China, India y Estados Unidos son los países que más contaminan y acá nosotros, los pequeños, ahora van a decir que es por nuestra culpa que se va a acabar el mundo.
Entonces no me venga usted a decir eso, porque es que estos países en mención son los que más contaminan, de manera que se tiene un poquito de hipocresía y de falta de contexto en su comentario. Lo anterior, pues de acuerdo con cifras, estos son los tres países que más contaminan: China con más del 30%, Estados Unidos con más 13% y Colombia que contamina 0,06%, como diría Jorge Robledo, es tan atrasado que ni siquiera contamina.
Entonces, ¿por qué otros países que no tienen ningún peso tienen que cargar con una supuesta responsabilidad climática para salvar el mundo? Cuando lo que hagan si dejan de existir no va a cambiar en nada.
La dirección del mundo es material contaminación. Si China o Estados Unidos o bien ya dejarán de existir, cambia el peligro, cambia la matriz de contaminación, pero, pues, por ahora eso no va a pasar.
De manera que es en definitiva un debate muy necesario, insistimos impopular el que plantar el presidente de Guyana porque va a ser aislado y va a quedar como un pariente el mundo por la respuesta que dio, pero tiene toda la razón, porque los países que tienen bosques, selvas, ríos que absorben toda la contaminación que los otros producen, nunca yo les pagan por nada, por eso nunca reciben nada por eso y también los van a condenar a los grandes a que los pequeños no puedan estar sus recursos aun cuando se lo hacen, no van a tener el mismo impacto que ellos tienen.
Entonces, en este editorial queremos decir uno que estamos del lado del presidente de Guyana, que en buena hora Dios avala esa respuesta y que en esa línea tienen que moverse todos los países ricos en fauna, biodiversidad, bosque, selvas, montañas, ríos, mares porque ellos son los que están salvando el mundo y en eso tiene razón el presidente Gustavo Petro debería suceder que el mundo les pague a las naciones que tienen esos bosques y todo para protegerse de manera que estamos de acuerdo con eso.
Y segundo, el mundo tiene que dejar semejante hipocresía al intentar dictar ciertas cosas a los países pequeños porque no tienen, pues, ninguna coherencia y mucho menos un sentido de la responsabilidad para hacer esas exigencias. El mundo es un compromiso de toda la existencia humana, responsabilidad de todos y no de los países más pequeños.