Y así se logró inducir el colapso del sistema de salud colombiano

La exministra de salud, Carolina Corcho, en un acto de suprema franqueza y honestidad, reconoció al inicio del gobierno Petro que si las personas no apoyaban la reforma a la salud, había que inducir a una crisis para que de esa manera reconocieran que se necesitaba un cambio. Hoy el sistema de salud oficialmente entró en crisis.

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Aunque parezca trillado, no hay nada más cierto que se debe construir sobre lo construido, a no ser que lo construido sea realmente nefasto, ineficaz e inservible, y ese no era el caso precisamente del sistema de salud colombiano, un sistema que no tenía un creador único en particular, un sistema que fue una construcción sostenida durante casi 20 años de distintos gobiernos con distintos ajustes, incorporaciones, correcciones y reformas que poco a poco fueron moldeando un sistema que permitiera avanzar en términos de cobertura, asegurabilidad y acceso a la atención médica en Colombia en los 32 departamentos y más de 1100 municipios.

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De manera que era un sistema que costó mucho tiempo construirlo, moldearlo y casi que corregir uno por uno sus defectos, en donde sin lugar a dudas existían siempre varias oportunidades de mejora, puntos que eran indiscutiblemente necesario intervenir para mejorar, sobre todo la rapidez, la eficacia y terminar los pocos puntos porcentuales que le restaban al sistema en materia de cobertura.

Muchos debates se dieron sobre el control de medicamentos, sobre el paseo de la muerte, sobre la precariedad del mercado laboral en Colombia que golpea indirectamente al sistema de salud, como también al sistema de pensiones, y realmente, dentro de las prioridades de muchísimas encuestas que se han realizado en Colombia durante los últimos cinco o siete años, la salud no estaba en esa en esa lista de prioridades que las personas consideraban que estaban fallando en el país y que de manera urgente tenía que intervenirse.

Las personas que tenían quejas válidas, todas ellas, iban en dirección de mejorar la rapidez en la asignación de citas, la eficacia en algunos puntos de pensión y, desde luego, la asegurabilidad en términos de que entreguen medicamentos y procedimientos en términos mucho más acordes con cierto tipo de enfermedades. Y desde luego, que se avanzara en otros aspectos como un modelo preventivo, que sin duda es algo que el país estaba necesitando, pero como hay algunos gobernantes que sufren del síndrome de Adán, de que antes de mí, todo tinieblas, el discurso fue: aquí no funciona nada, esto no sirve, esto hay que desbaratar entonces voy a imponer un modelo de salud distinto. A pesar, incluso, de ver cómo Colombia, con ese modelo de salud, combatió recientemente esa pandemia que todos recordamos como lo fue el Coronavirus.

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La reforma a la salud que planteaba el gobierno Petro tuvo no solamente muchísimos defectos en la forma y la manera en que fue creada, presentada, socializada y quiso ser impuesta, primero porque la ministra encargada de tramitar esa reforma, la señora Carolina Corcho, más activista que profesional de la salud, muy conocida por haber hecho una gran oposición al entonces ministro de salud, Fernando Ruiz, pues la señora Corcho, por activa o pasiva, quiso imponer su reforma y tuvo enfrentamientos con gremios, con clínicas, con hospitales, con otros profesionales, con congresistas. Y desde ahí, esa reforma, tuvo un muy mal comienzo.

Esta semana se hundió la reforma a la salud, gracias a un valeroso grupo de congresistas que en una ponencia lograron ganar en la comisión octava del Senado de la República, esto desató por completo la ira del presidente, la ira de todo el gobierno, incluso la señora Corcho, que todavía sigue teniendo muchísimo acceso, vínculos, vasos comunicantes con el gobierno Petro, y desde hace varios días que ya ellos sabían que esa reforma se iba a caer, empezaron a detonar, a implosionar el sistema de salud con esa crisis inducida que ya la señora Corcho había dicho y que el mismo presidente Petro había adelantado en una entrevista con un medio de comunicación afín a él, en donde decía que eran como piezas de dominó que iban a caer. Esa es la visión que tienen sobre la salud de los colombianos, de no creer.

Con el hundimiento de la Reforma, se conocieron más intervenciones, la intervención a la Nueva EPS, una EPS mixta, más pública que privada, una intervención que parece más una pantomima para buscar en las administraciones del pasado cosas y poder empapelarlos y, desde luego, poder estar con todo el control de la Nueva EPS para preparar la llegada masiva de millones de personas de otras EPS. Compensar pide voluntariamente su liquidación porque «es sencillamente inviable la operación».

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Además, se intervino Keralty con muchísimas dudas, muchísimas, un abanico de dudas que que  dejan bastantes cuestionamientos y, desde luego, en el pasado, tuvimos las intervenciones, por ejemplo, a Savia salud y hay varias EPS que están en la fila para también ser intervenidas, y Gustavo Petro lo remató hace tres días diciendo que, como la reforma no había pasado, pues la reforma la iba a aplicar de golpe. Solamente esperamos que ese golpe no termine cobrando la vida de millones de colombianos.

Por último, queremos decir lo siguiente: uno de los argumentos por el cual se intervino Keralty, un argumento no solamente flojo sino que es más una, un resquicio, traído los cabellos. ¿Cómo no van a haber aumentado las PQR, las quejas en todas las EPS, si es que hay una escasez de medicamentos provocada por el mismo gobierno?

No hay medicina para las personas que sufren de tiroides, no hay insulina, no hay medicina para pacientes que la requieren para su salud mental, no hay anticonceptivos y podríamos quedarnos hablando de decenas, por no decir centenares, de medicamentos que están agotados en Colombia, y eso hace que las personas tengan que poner quejas, PQRS y tutelas para que les resuelvan esto y la joya final, los pacientes de estas EPS intervenidas, cuando vayan a un hospital y le digan: Hola, yo soy de esta EPS y el hospital vea que está intervenida, ¿qué va a hacer?, ¿va a atender o no va a atender?, porque la duda de si le van a pagar ese procedimiento la van a tener, y por ende, va a terminar colapsando, implosionando un sistema de salud que hoy  tiene a la deriva a más de 20 millones de personas que han visto cómo sus EPS están siendo derrumbadas, como diría el  presidente Petro «chu, chu,chu», como unas fichas de un juego de mesa.

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