Las encuestas: El mayor dolor de cabeza para los candidatos

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Las mediciones son formadoras de opinión e influencian a financiadores de las campañas y quitan y ponen a los candidatos de debates de alta trascendencia, su legitimidad siempre será escrutable.

Por Redacción 360 Radio

Cuando alguien decide ser candidato a un cargo de elección popular especialmente a una alcaldía, a una gobernación o a la presidencia en esos escenarios en donde se hacen la mayoría de las mediciones, uno de los primeros ítems en su lista de amenazas y debilidades o por lo menos de aspectos relevantes son las encuestadoras.

Eso hace que muchos de ellos con una anterioridad busquen tomarse cafés con los dueños o directivos de las principales encuestadoras del país, esos cafés, luego terminan en cenas y luego en reuniones privadas en donde se busca tener un buen ambiente y una buena relación con esas encuestadoras.

Claramente las encuestadoras son compañías, legítimamente constituidas en el país y tienen pues mayor peso cuando gozan de aval del Consejo Nacional Electoral y cumplen con todos los requisitos que son necesarios para poder que sus encuestas sean divulgadas en medios de comunicación.

Paralelo a esto, as encuestadoras pues tienen un negocio permanente, son ofrecidas a empresas privadas, al Gobierno para medir sus niveles de popularidad, de reconocimiento, la opinión pública, entre otras preguntas totalmente necesarias, para el ejercicio de un gobernante o del papel de una compañía en una nación.

En las encuestadoras en época política, también tienen  en la temporada política su mayor oportunidad de hacer dinero, no solamente porque sean contratadas por medio de comunicación que les piden hacer unas determinadas mediciones, sino por los candidatos a los cargos que les piden hacer algunas mediciones privadas, lo que llaman las encuestas internas para saber ellos, cómo están de cara a la elección, que se están postular y por otro lado hay unas encuestas que se ofrecen a grupos empresariales a personas naturales porque están interesadas en conocer de manera privada, no para publicar cómo se van comportando los candidatos que se han presentado de manera que puedan entender con cierto privilegio hacia donde se van a mover las agujas el día de elecciones.

Hacer una encuesta está determinada por métodos estadísticos que son públicamente conocidos, hay formas en las que un resultado se puede obtener, como también otras en que ese mismo resultado puede quedar de segundo o de tercero, hay algunos suiches que se pueden mover como dicen al interior de las encuestadoras todo depende de donde pongamos la lupa y como la pongamos y qué preguntemos, y cómo hagamos los promedios de ponderación históricamente si revisáramos.

Ocho años atrás la nota promedio de las encuestas en Colombia son bastante negativas, algunos pueden recordar con mayor facilidad que todas las encuestas decían que el plebiscito que presentó presidente Santos y va a ser ganado abrumadoramente por el SI, luego terminó ganando el NO.

Muchas encuestadoras en las elecciones presidenciales recientes dieron como ganador a Gustavo Petro en segunda vuelta con Federico Gutiérrez, incluso en algunas Federico Gutiérrez lideró, la intención de voto a nivel nacional, faltando pocas semanas para la elección y Rodolfo Hernández estaba ubicado en tercero puesto, y quien terminó pasando a la segunda vuelta fue Rodolfo Hernández.

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Hace ocho años en la elección de Iván Duque, Germán Vargas Lleras y Sergio Fajardo comandaban las encuestas, terminaron pasando a segunda vuelta a Gustavo Petro y Iván duque. Hace cuatro años Carlos Fernando Galán era indiscutible alcalde de Bogotá y terminó ganando Claudia López.

Quizá en el único territorio en donde no hay margen para la equivocación es en la Costa Caribe donde no ha existido ese inconveniente y allí han acertado pero podríamos recopilar acá más de 12 resultados de las últimas elecciones regionales para darse cuenta que hubo o hay, pues unas inconsistencias y unos errores bastante pronunciados en los resultados de las firmas encuestadoras.

El dolor de cabeza de los candidatos, con los cuales hemos conversado para este artículo así como también lo hemos hecho con integrantes de más de seis encuestadoras a nivel nacional, quienes por obvias razones, han pedido que preservemos su privacidad.

Es que las encuestadoras muchas veces en alianza con los medios de comunicación, pues terminan haciendo unas encuestas que definen la participación o no en debates, sobre todo en las últimas semanas de la elección y eso hace que un candidato, que no sea invitado a un debate, pues casi que de inmediato pierda la financiación que tiene, pierda el espacio en otros medios, pierda fuerza ante su propio equipo y empiece a hacer una candidatura, pues que se desinfla solo por el resultado de una encuesta y el efecto arrastre el efecto de influencia en la población, pues termina siendo aún peor porque A nivel humano a nivel psicológico a nadie le gusta estar con un perdedor, a nadie le gusta ir por el caballo que va más lento, sobre todo cuando tienen intereses que cuidar eso hace que las personas se vayan a apoyar a un candidato que va en contra de su enemigo o al menos malo o al que menos me cae mal, toda una distorsión de la democracia. Que es uno de los defectos más grandes que tiene actualmente nuestro sistema la gente en Colombia en las elecciones pocas veces logra votar libremente, por quien quiere, sino que la presión política social mediática y de las encuestas terminan influenciando ese voto.

Uno de los funcionarios de una de las encuestadoras con las que conversamos, nos expresaba que las llamadas, los comunicados de varios candidatos luego de conocer los resultados de las encuestas era realmente incómodo porque podían sentir la inconformidad y el daño que se hacía a la hora de publicar una encuesta, pero también es claro que hay otros intereses y otras relaciones que terminan primando en esos resultados.

Aquí hay que hacer una salvedad importante, no se trata de que las encuestadoras actúen o cometan actos ilegales, se trata de que hay formas de manual conocidas, practicadas constantemente, que se pueden ajustar, se pueden hacer como unos pliegos sastre en donde el resultado a obtener claramente pues será el que favorezca a quien se quiere favorecer.

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Otra de esas llamadas incómodas que nos relata el funcionario de la encuestadora, es cuando reciben reclamos por parte de candidatos en el sentido de que se enteran de encuestas privadas que están prohibidas para publicar, pero que son solamente de manejo interno y tienen resultados totalmente distintos a los que se han entregado a medios de comunicación e incluso a los mismos candidatos, ha ocurrido recientemente en una región de Antioquia,  que a una encuestadora se le publicaron el mismo día dos mediciones con resultados completamente distintos.

El primero era un resultado para una campaña y el segundo para otra campaña, de manera que, qué  nivel de confiabilidad pueden dar estas mediciones y siempre están buscando favorecer a quienes está contratando simplemente para continuar en esa misma línea, ya decía Álvaro Gómez Hurtado, que las encuestas son como las morcillas, la gente se las come, pero prefieren no saber cómo las hace y eso es de una manera u otra bastante perjudicial en un escenario democrático en donde emergen nuevos liderazgos, en donde se busca una renovación, en donde las personas quisieran votar libremente por un candidato y no lo hacen por dejarse influenciar o presionar de las firmas encuestadoras.

El último relato que logramos recoger en esta serie de conversaciones, lo recaudamos de parte de una fuente política, una fuente política que aceptó mostrarnos las transacciones con una firma encuestadora reconocida a nivel nacional, una encuesta que le costó cerca de 80 millones de pesos y que periódicamente él la manda a realizar para conocer el panorama político de su región y fue enfático en contrastarnos esas mediciones, con las mediciones que publican los medios de comunicación de esa misma región por este mismo periodo de tiempo, los resultados son absolutamente distintos.

No se trata de hacer una crítica a las encuestadoras, se trata de poner sobre la mesa una realidad que hoy está direccionando fuertemente las elecciones, que en cada elección cobran más importancia, que en cada elección se valorizan más y que desde luego terminan siendo un insumo casi que indispensable para cualquier campaña, que quiera triunfar y no ser descartada en su interior.

Para los abogados expertos en derecho electoral es difícil tener algún tipo de actuaciones en contra de las encuestadoras, sobre todo por el tipo de retaliación que se pueden dar y peor aún pues ningún legislador o entidad como el Consejo Nacional Electoral (CNE) se atreverían a cometer una iniciativa de estas.

La mejor recomendación es tomar todas las encuestadoras con pinzas, con suma precaución tenerlas como un insumo, comparar los resultados, pero permitir que cada colombiano vote libremente en las próximas elecciones del 29 de octubre de 2023.

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