El módulo lunar privado, forma parte parte del programa Artemis de la NASA, lleva a bordo diversos instrumentos para estudiar el entorno lunar y allanar el camino para futuras misiones tripuladas.
Nave espacial: Firefly Aerospace y el auge de la exploración lunar privada
El alunizaje se produjo a las 03:34 horas de la costa este de Estados Unidos (08:34 GMT), en las inmediaciones de Mons Latreille, una estructura volcánica situada en el Mare Crisium, en la cara noreste de la Luna. El logro convierte a Firefly Aerospace en la segunda empresa privada en alcanzar este hito, consolidando su posición en la exploración espacial comercial.
La misión Blue Ghost Mission 1 lleva a bordo 10 experimentos científicos desarrollados por la NASA. Entre ellos se destacan un taladro para analizar la temperatura del subsuelo hasta tres metros de profundidad, una aspiradora diseñada para recolectar y estudiar el polvo lunar, y un sistema innovador para mitigar los efectos del polvo abrasivo, un problema recurrente desde la era Apolo.
El módulo, de cuatro patas y con dimensiones de 2 metros de altura por 3,5 metros de ancho, fue diseñado para proporcionar estabilidad en su aterrizaje. Se lanzó desde Florida a mediados de enero y, tras su llegada, transmitirá datos valiosos durante aproximadamente dos semanas, hasta que las bajas temperaturas del entorno apaguen sus sistemas.
El Centro de Control de Misión de Firefly Aerospace, ubicado en las afueras de Austin, Texas, confirmó la llegada de la sonda a la Luna. «Estamos en la Luna», anunciaron con entusiasmo, asegurando que el módulo se encuentra en una posición estable y listo para iniciar sus operaciones científicas.
Este aterrizaje exitoso marca un avance significativo para la exploración lunar privada. A lo largo de la historia, numerosos intentos han terminado en fallos, incluso por parte de agencias gubernamentales. Hasta ahora, solo cinco países han logrado llegar con éxito a la Luna: Rusia, Estados Unidos, China, India y Japón.
El éxito de Firefly Aerospace es solo el inicio de una oleada de exploración lunar por parte de compañías privadas. En los próximos días, otro módulo de aterrizaje, desarrollado por Intuitive Machines y basado en Houston, intentará alunizar cerca del polo sur lunar. Se espera que este evento ocurra el jueves, siguiendo los pasos de Blue Ghost.
Por otro lado, la empresa japonesa ispace también tiene planes de alunizar un módulo en los próximos tres meses. La compañía ya había intentado una misión similar en 2023, aunque sin éxito. En esta ocasión, su nave ha seguido una trayectoria más extensa y meticulosa tras ser lanzada en enero desde Cabo Cañaveral.
El futuro de la presencia humana en la luna
La NASA apuesta por una estrategia de colaboración con la industria privada para establecer una presencia sostenible en la Luna. El programa de entregas lunares comerciales tiene como objetivo enviar dos misiones privadas al año, reconociendo que algunas podrán fracasar en el proceso.
A diferencia de las misiones Apolo, respaldadas con miles de millones de dólares y equipos tripulados, estas misiones privadas deben operar con presupuestos más ajustados y depender completamente de tecnología autónoma.
Aun así, los avances logrados hasta ahora abren la puerta a una nueva era de exploración lunar, en la que la competencia y la innovación podrían acelerar el regreso de los astronautas a la superficie del satélite natural de la Tierra antes de que finalice la década.