En un fallo que marca un antes y un después en la relación entre las tradiciones culturales y la protección animal, la Corte Constitucional decidió prohibir en el país las cabalgatas, los eventos de toros coleados, las corralejas y las peleas de gallos. Con esta medida, el alto tribunal cierra la puerta a prácticas históricamente cuestionadas por organizaciones defensoras de los animales y que, durante años, generaron un profundo debate entre sectores culturales, políticos y sociales.
La decisión fue adoptada por la Sala Plena, que de manera unánime también declaró ajustada a la Constitución la Ley 2385 de 2024, norma aprobada por el Congreso de la República y sancionada por el presidente Gustavo Petro, en la que se establece la prohibición de corridas de toros, rejoneo, novilladas y becerradas en todo el territorio nacional.
Corte Constitucional prohíbe corridas de toros, cabalgatas y peleas de gallos en Colombia
El fallo responde a la demanda presentada contra la Ley 2131 de 2024, aprobada por el Congreso y sancionada por el presidente Gustavo Petro el 29 de mayo del año pasado. La acción judicial alegaba que se había violado el principio de unidad de materia y desconocido el procedimiento legislativo. Sin embargo, el magistrado ponente, Juan Carlos Cortés, concluyó que la norma cumplió con los requisitos constitucionales.
La ley establece un lapso de tres años de transición, en el que algunas prácticas podrán realizarse de forma excepcional bajo control estatal. Durante ese tiempo, el Gobierno deberá implementar programas sociales, educativos y laborales para acompañar a las comunidades que dependen de la tauromaquia y actividades relacionadas.
Uno de los puntos clave del debate es el plan de reconversión de las plazas de toros, que deberán transformarse en escenarios culturales, deportivos y artísticos. El objetivo es reducir el impacto económico y social en municipios donde estas prácticas generaban empleo y dinamizaban el turismo.
Según cifras de Cormanizales, en el país se realizan anualmente cerca de 78 eventos taurinos en 19 departamentos, siendo Bogotá, Manizales y Cali los principales centros de estas actividades. Miles de empleos directos e indirectos dependen de la operación de plazas, la organización de ferias y la cadena de servicios asociados.
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