«Y Petro habló, el dólar bajó y las aguas se calmaron, como la tormenta en el Mar de Galilea según el Nuevo Testamento…»
Tras el triunfo del candidato de la Colombia Humana y Francia Márquez, el pasado mes de junio, se desató una avalancha de situaciones misteriosas que este columnista supo que hasta el mismo Vaticano está pensando en enviar a un experto para analizar el milagroso tema.
Y no tiene nada que ver con que reconocidos periodistas hubieran descubierto que tras la puerta de sus mansiones y penthouses mal vive el grueso de los colombianos, saliendo de sus burbujas que los mantenían en la estratosfera. Como Néstor Morales, el bien llamado “primer cuñado de la nación”, el cual se dio cuenta que la dieta nacional sufrirá un gran revés con el proyectado impuesto a las gaseosas. Preciado líquido que gracias a sus mil usos ha calmado la sed a millones, ha destaqueado tuberías, ha sacado el moho de miles de tornillos y ha aportado un granito (de plata y de azúcar) a la fortuna de pobres empresarios, disparando al tiempo las cifras de diabéticos y estrías juveniles.
Tampoco haré referencia a la sorpresa mayúscula de Yamid Amat, el periodista que no se le entiende lo que habla, cuando se dio cuenta que sólo el 1% de los colombianos ganan más de $10 millones al mes. Eso llevó a una reunión de urgencia con las señoras de los tintos y los editores del noticiero para renegociar sus onerosos y exagerados contratos: al parecer doña Josefina y Martica, así como el Mono Rodríguez, aceptaron bajarse sus salarios a unos míseros $8 millones mensuales, más bono de Sodexo, con el fin de entrar al grueso de los colombianos que ganan sueldos de vergüenza, pero están inco0nformes pues ¿quién vive con ocho pinches salarios mínimos mensuales?
De lo que sí hablaré es del enorme poder de Gustavo Petro, reconocido por periodistas y personajes de la farándula y la política nacional, que le han pedido más milagros a él que al régimen que alcanzó 20 años de Uribato.
Recapitulemos: tras el triunfo de Petro, el dólar se trepó hasta superar los $4.600 devaluados pesos. Situación que llenó de alegría a los emprendedores de estrato 6 que envían polvo blanco a los mercados de grandes aspirantes en EEUU y Europa (como publicó ayer domingo El Tiempo), hasta funcionarios sacrificados, como Alfredo Rangel, el flamante embajador en Nicaragua, que desde su chalet en Bogotá goza de su labor diplomática –y sueldo dolarizado- desde la distancia.
Enrique Gómez Martínez y Fernán Martínez (no son familia cercana pero sí los hermana la actitud camandulera y la godarria fascistoide, como los representantes de la excelsa raza paisa aria) llegaron a exigirle al próximo presidente que dejara de batir las aguas del panorama global y ordenara con su voz potente la calma al planeta: “Asesinaron al primero ministro japonés. No se establece el gobierno de Petro aún y el mundo ya está hecho un caos. ¿A esto le llaman vivir sabroso? Presidente Petro, ¡haga algo, dólar disparado y ahora asesinatos de líderes mundiales! Ojalá se le atore un pedazo de sushi bien grande”, supuestamente publicó en Twitter Fernán Martínez, negociante de conciertos, amigo del controversial empresario de ganado y polvo blanco alias Ñeñe Hernández.
Del mismo autor: El grano que se volverá tormenta
Pura gente de bien.
Hasta el sub presidente, el inútil y corrupto Iván Duque, le exigió que expresara algo, pues “una palabra suya bastará para bajarle el precio al dólar”.
Y Petro habló, el dólar bajó y las aguas se calmaron, como la tormenta en el Mar de Galilea según el Nuevo Testamento.
Ante eso, este mamerto juntador de letras supo que el Vaticano piensa abrir una línea de investigación sobre la capacidad de superar entuertos y nudos gordianos del milagroso nuevo gobierno. Algo que no es extraño en la clase política colombiana, pues en 2021 un genealólogo, Iván Restrepo, demostró en 1.200 páginas que el expresi (dente, diario) desciende del faraón Amenhotep IV, de Enrique VIII de Inglaterra y de Alfonso X, El Sabio, de España. Aunque el rastreo genealógico fue más amplio y llegó hasta el mismísimo Edén, donde parece que el insigne político es vástago espósito de Lilith, la primera mujer en Adán, y su lujuriosa afición con la serpiente. Ver: https://www.semana.com/confidenciales/articulo/la-genealogia-de-uribe/202100/
Petro, por ejemplo, no se sabe dónde fue parido, si en Ciénaga de Oro o Zipaquirá. La acuciosa investigación del exsenador Jorge Robledo parece que llegó a la conclusión de que Gustavo Petro no nació ni fue engendrado sino que surgió de forma espontánea, como la energía, lo que conformaría la teoría de la oposición de que es un ser suprenatural.
Así las cosas, no se puede negar que sin posesionarse ya ha logrado milagros políticos: hay una sensación de optimismo en la calle, los corruptos de siempre hablan de “vivir sabroso” -esperando subirse al tren del progresismo- y hasta exorcizó a los fantasmas del “castrochavismoleculardisipadosantistapetristafarianoelenoforistasaopaulistahabanerosoviéticco”. Hasta Petro resucitó muertos (no solo cadáveres políticos, como al partido de la tercera o cuarta letra), que se evidenció con el puñado de zombis paisas que en Plaza Mayor arañaron los vidrios mientras Roy Barreras mandaba besos y abrazos a esos engendros ridículos.
Por eso, habrá que estudiar el poder del nuevo presidente. Tal vez pasaremos del Sangrante Corazón del Ubérrimo a la encarnación del Bien y la Esperanza. Una advocación más afectiva y popular, por cuya intersección se logre la paz en Colombia, llegue el maná a los 21 millones de hambrientos diarios, calme en sus poderosos brazos al trémulo dólar y hasta cure la impotencia… la impotencia mental, que es deporte nacional.
Ñapa: No olvidamos que el asesino del periodista Eliécer Santanilla, en Armenia, camina feliz por las calles de esa pequeña ciudad, confiado en que su delito será olvidado como tantos crímenes investigados por la mejor fiscalía del mundo mundial. #JusticiaParaEliecerSantanilla
@wilmarveraza1