Al día de hoy se podrían tener múltiples lecturas sobre lo que está pasando al interior del gobierno, pero si nos aventuramos a conjurar, no puede haber duda de que el actual gobierno tiene un grave problema de integración entre todas sus dependencias y, desde luego, de ejecución para cumplir las promesas.
Asimismo, lo reconoció el presidente Gustavo Petro en el televisado y muy famoso Consejo de ministros de hace una semana.
Quedándonos con esa conclusión, habría que decir que, si bien el líder de todo equipo, empresa y gobierno es quien no solamente tiene que liderar con el ejemplo, la instrucción, el seguimiento, la verificación y los llamados de atención, pues es cierto que siempre en cualquier equipo habrá alguna que otra persona que no funciona, que no es capaz de dar resultados.
Lo que llama la atención en este momento sobre el gobierno del presidente Petro es que parece sistémica esa falla de no cumplir, de no entregar resultados, y acá es cuando toca voltear la mirada a cuáles han sido las instrucciones y la capacidad y el dato que ha tenido el presidente.
Si el presidente quiere cambiar otra vez su gabinete, van más de 44 ministros en cerca de 3 años. Pues puede que el problema sea del capitán y no de los marineros.
No nos referimos a facultades personales, sino sencillamente a un estilo de liderazgo y de ejecución y de orientación del equipo, en que está fallando quizás el presidente Pedro y su círculo primario a la hora de dar instrucciones, a la hora de verificar que se cumpla lo prometido.
Nosotros nos atrevemos de manera descarada, si quiere, lo podrían calificar algunos, a decirle al presidente Petro con total efectividad y con el deseo de que este finalice su gobierno de una manera, si se quiere mejor, de una manera más decorosa, de una manera en que tanto él, el país y su gobierno se sientan por lo menos conformes.
Y es que la única forma para lograr esto es gobernando con los mejores; es algo que está completamente inventado y los mejores, por lo general, han sido muy despreciados por este gobierno.
Recordemos que han sido constantes las burlas a las personas que han sido denominadas tecnócratas o a quienes llevaban incluso en el estado más de 15 o 20 años y fueron removidas por este gobierno, sencillamente porque les adjudicaban alguna bandera política del color de su cabeza.
Entonces, si el presidente quiere cambiar esto, tiene que entender por qué se han ido varios ministros antes de esta renuncia protocolaria. Porque ha tenido ministros que han sido buenos, ha tenido ministros que han sido capaces de hacer ejecuciones de programas exitosamente, como Mauricio Liscano, incluso la fugaz, eh, Constanza, la ministra de Transporte, caracterizada por tener un temperamento fuerte, pero por querer trabajar y hablar y conversar y escuchar y buscar soluciones.
Entonces, lo que menos necesita Petro en este momento es una persona sectaria, una persona egoísta. Él mismo lo dijo hace 8 días: que no lo encierren, que no sesguen por ideologías políticas.
El presidente requiere un equipo que esté pensando en el país y no en las próximas elecciones. Entonces, el gobierno de los mejores se resume a que primero que todo sean personas preparadas académicamente; es absolutamente necesario y no se puede descartar.
Segundo, se requiere que las personas tengan experiencia en la ejecución de programas, proyectos; ojalá que hayan tenido previos cargos importantes por meritocracia, no por palanca en el sector público y en el sector privado, incluso gremial; personas que, en los cargos que vayan a desempeñar, tengan que hablar inglés, pues que lo hagan; personas que sepan obedecer, pero también que sepan decir las cosas cuando hay que decirlas, que no se llenen de miedos, motivos y de actos de lambonería, queriendo decirle sí a todo lo que dice el jefe, y el presidente debe entender que le queda el reloj de arena en contra un año y unos pocos meses.
Ya no hay tiempo de formular, de diagnosticar, de planificar; para eso es el primer año y medio de gobierno. Lastimosamente, recordemos que en Colombia todo está sobrediagnosticado y solucionado en los papeles más de 20 veces, pero nunca en la realidad.
Lo que tiene que hacer el presidente Petro ahora es, por el bien del país, organizar la salud financiera de la nación, reorganizar el componente estatal. Sí o sí el presidente debe hacer una liposucción del estado; es insostenible mantener el ritmo del actual gasto público.
Tercero, el presidente debe hacer una revisión exhaustiva, rápida y detallada de los compromisos que se han adquirido en estos 3 años, cartera por cartera, dirección por dirección.
Destacar los más urgentes, los más prioritarios de lo que puede ser importante o de lo que puede tener un tiempo más de espera y empezar a resolver, empezar a solucionar, empezar a desentrabar todos los nudos que han quedado.
Es que hay que decirlo con franqueza: una cartera por donde han pasado más de tres o cuatro ministros, pues francamente debe ser una muy fea colcha de retazos. Y el presidente debe aspirar a que este sea su último cambio en el gabinete de gobierno.
Queremos desearle al presidente lo mejor en esta etapa final, recordarle que él gobierna para todos los colombianos, que todos los colombianos necesitamos que al país le vaya bien y que el presidente cerraría de una buena forma el gobierno si designa, insistimos, a las personas capaces de entregarle al país estabilidad, resultados y confianza en este último año.
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