Se acaba racionamiento de agua en Bogotá: esta es la fecha anunciada por el alcalde Galán

El alcalde Carlos Fernando Galán anunció este viernes 11 de abril que a partir del sábado a las 8:00 am se dará por finalizado el proceso de racionamiento de agua en Bogotá.

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Este viernes, en medio de una rueda de prensa, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha anunciado lo esperado por millones de capitalinos y es que, a partir del sábado 12 de abril de 2025, el racionamiento de agua en Bogotá se da por finalizado.

Luego de 12 meses de restricciones y esfuerzos coordinados entre la administración distrital, las empresas de servicios públicos y la ciudadanía, Bogotá da por concluida la etapa de racionamiento de agua. Así lo anunció el alcalde Carlos Fernando Galán en la mañana de este viernes, confirmando que a partir del sábado se suspende de forma definitiva la medida que limitaba el suministro de agua por turnos en distintos sectores de la ciudad.

Se levanta el racionamiento de agua en Bogotá, tras superar la peor crisis hídrica de su historia

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“Después de un año, y gracias al compromiso de toda la ciudad, la crisis de agua más grave en la historia de Bogotá ha terminado. A partir del sábado se levanta el racionamiento de manera permanente”, expresó el mandatario en su cuenta de X (antes Twitter).

La crisis que puso a prueba a la capital: La escasez de agua comenzó a sentirse con fuerza en abril de 2024, cuando los niveles de los embalses que abastecen a la ciudad —principalmente el sistema Chingaza— alcanzaron mínimos históricos debido a un fenómeno climático extremo, agudizado por el impacto del fenómeno de El Niño y la falta de lluvias durante varios meses consecutivos.

Los embalses llegaron a tener menos del 20% de su capacidad, una cifra que encendió las alarmas y obligó a la administración distrital a tomar decisiones drásticas.

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El 12 de abril del año pasado se implementó un plan de racionamiento que dividía a Bogotá en zonas que rotaban en cortes de agua durante 24 horas, cada 10 días. La medida buscaba asegurar el abastecimiento de agua potable y garantizar el funcionamiento del sistema en el mediano plazo.

Aunque la decisión generó incomodidad en ciertos sectores y alteró la rutina de millones de ciudadanos, fue respaldada por los expertos en gestión ambiental y recursos hídricos. Según datos de la Empresa de Acueducto de Bogotá, el consumo promedio por habitante se redujo un 12% durante los primeros seis meses de racionamiento, lo que ayudó a estabilizar el sistema.

Por qué es importante: El fin del racionamiento no solo representa un alivio para los habitantes de Bogotá y sus alrededores, sino también una señal de recuperación para la infraestructura hídrica del país.

Las lluvias de los últimos meses han permitido que los embalses recuperen más del 70% de su capacidad total, según cifras oficiales. El sistema Chingaza, que abastece a más del 70% de la capital, hoy se encuentra por encima del 75%, un nivel considerado seguro para retomar la operación sin restricciones.

La noticia también deja importantes lecciones en términos de sostenibilidad, gestión del recurso hídrico y resiliencia urbana. El modelo de ahorro implementado durante la crisis podría ser adoptado como política preventiva en años venideros, especialmente teniendo en cuenta la incertidumbre climática que enfrenta el país.

Detalles de la decisión: La decisión de levantar el racionamiento se tomó después de una revisión técnica exhaustiva por parte de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), en conjunto con la Secretaría de Ambiente y el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER).

El informe final concluyó que los niveles de los embalses, el comportamiento de los usuarios y las condiciones climáticas permitían levantar la restricción sin poner en riesgo el abastecimiento. El alcalde Galán reconoció que el éxito de la medida no habría sido posible sin la cooperación activa de la ciudadanía.

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Contexto y gestión: Durante la crisis, la Alcaldía de Bogotá implementó campañas educativas, incentivos por ahorro y una serie de sanciones para quienes desperdiciaban agua. Más de 2.000 inspecciones fueron realizadas en hogares, edificios, centros comerciales e industrias, logrando identificar y corregir fugas, así como prácticas de alto consumo innecesario.

Al mismo tiempo, el Concejo de Bogotá aprobó recursos adicionales para la modernización del sistema de distribución, con el objetivo de disminuir pérdidas por fugas en la red. Se estima que estas inversiones ayudarán a reducir las pérdidas técnicas de agua potable, que históricamente han sido del 38%.

Panorama general: La emergencia hídrica de 2024 pasará a la historia como un punto de inflexión en la relación de Bogotá con el agua. Más allá de los efectos inmediatos, la ciudad empieza ahora una etapa de reflexión y transformación hacia un modelo de consumo más consciente y sostenible.

Desde ya, el Distrito trabaja en el fortalecimiento de la política de resiliencia climática, que incluirá estrategias como la reforestación de cuencas hidrográficas, la diversificación de fuentes de agua, y el fortalecimiento de la gobernanza ambiental.

De cara al futuro, tanto las autoridades como los ciudadanos saben que esta experiencia no puede repetirse. El cambio climático sigue siendo una amenaza latente, y la gestión del agua será uno de los grandes retos urbanos del siglo XXI.

Como bien lo resumió el alcalde Galán, “el agua no es un recurso infinito, es un bien común que debemos proteger todos los días”.

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