En una decisión sorprendente, Telefónica ha comunicado la ejecución de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en España, marcando el primero en la última década para la compañía de telecomunicaciones. Este movimiento implica la reducción de su plantilla en el país ibérico y marca un cambio significativo respecto a su estrategia anterior de optar por planes de salidas voluntarias.
La noticia fue revelada durante la segunda reunión de Telefónica con los sindicatos este lunes. La medida impactará a miles de trabajadores, ya que los procesos de ERE suelen afectar al menos al 10% de la plantilla de la empresa.
Este ERE es el primero desde el año 2013, cuando la compañía cerró su último proceso de estas características, resultando en la salida de 6.830 empleados. Desde entonces, Telefónica ha preferido utilizar Planes de Salidas Incentivadas (PSI) para ajustar su plantilla. El último PSI se completó en 2022, afectando a 2.347 empleados y cerrando así la compañía.
¿Cómo impacta la ERE a los empleados?
En términos económicos, este ERE conlleva una provisión de 1.000 millones de euros en las cuentas de Telefónica para el presente ejercicio. Estos costos se compensarán con los ahorros generados en salarios, que podrían superar los 200 millones de euros anuales según la cantidad de salidas.
Simultáneamente, se espera que la empresa lance un plan de bajas dirigido a altos directivos, con alrededor de 300 salidas proyectadas. Este plan tiene como objetivo optimizar la estructura de mando de la empresa y añadirá una provisión adicional de 200 millones de euros.
La noticia ha generado preocupación entre los empleados y la comunidad empresarial, destacando un cambio significativo en la estrategia de recursos humanos de Telefónica.
