La mayoría de los colombianos han coincido en que las reformas eran necesarias, pero como siempre la discrepancia surge cuando la visión de un país es abismalmente distinta a la otra, y en una de los casos en particular hay una visión ideologizada que responde a unos intereses populares, no necesariamente los correctos, no los responsables, aunque impopulares, y eso lo único que hace es traer una contaminación al debate, que para nada beneficia a la ciudadanía.
Esto hace que hoy las reformas, una prácticamente aprobada en el Congreso; la pensional, la de la salud; que esta hundida y así debe permanecer y la laboral; que pronto se seguirá tramitando, están lejos de ser la solución para las necesidades que hoy necesita el país.
Le puede interesar: ¿Y las universidades colombianas cambiarán?
¿Qué pasa con las reformas propuestas por el Gobierno de Gustavo Petro?
Sobre la reforma laboral, vale la pena insistir en que los tres proyectos están conectados y el Gobierno no lo ha puesto en el centro en el debate, pues yo tengo una fuerza laboral que permanece en el nivel superior del 50% en la informalidad y tengo una población económicamente activa, que no está trabajando porque está recibiendo subsidios del Gobierno, como lo expresó Gustavo Bolívar.
Cabe señalar que de manera irregular los están recibiendo, debido a que unas personas se han separado para recibir un subsidio o han tenido hijos para que les den dinero. Muchas personas obtienen más de tres subsidios que suman más de un salario mínimo, por lo que su trabajo es quedarse acostado en el sofá.
A nivel laboral hay un problema grande que afecta el sistema pensional, y por ende también los recursos que entran al sistema de salud, de lo laboral parte todo. Colombia quiere mejorar en el sector de la salud necesita que más personas sean activos económicamente, que no existan incentivos perversos para que la gente no trabaje, y que las personas estén formalizadas en sus trabajos.
Con estos temas se solucionan muchos puntos de lo que hemos venido hablando en esta columna. Esta reforma laboral si tiene que perseguir el objetivo de aumentar la formalización en el país, no tiene que ir en detrimento de quienes nunca han tenido garantías laborales y quienes ya la tienen.
En nivel de pensiones es claro que la edad de pensiones se debe elevar. En el caso de las mujeres debe llegar a los 65 años, y en el de los hombres a los 67 años. Esto si queremos un sistema sostenible en los próximos 20 años, y más si estamos viendo la pésima noticia del práctico nulo crecimiento de la natalidad en Colombia.
Segundo, hay que eliminar las megapensiones, tercero, no se podía afectar el derecho a escoger el fondo, tanto privado como público, y cuarto, era necesario en matera pensional entender que la gente se tiene que pensionar con sus ahorros, y no de un hueco cada vez más grande que el Gobierno tiene que cubrir todos los años.
Por último, en materia de la reforma a la salud, se necesita un proyecto que impulse la accesibilidad, la calidad y rapidez del sistema. De acuerdo con que había que mejorar la atención de prevención de enfermedades, pero para esto no era necesario dinamitar el sistema.
Este trio de reformas tienen el peligro, sobre todo la pensional y la laboral, que no son iniciativas que garanticen una mejoría en los próximos 10 años. Mucho me temo, pero lo anhelo, que el presidente que llega tendrá que llegar a recomponer este despropósito que propuso este Gobierno.
Ojalá el control ciudadano siga siendo fuerte, continuemos protestando con respeto para tratar lo imposible: que este Gobierno más que oiga escuche, y que logre acuerdos para el país.
Por: Andrés Gaviria – @AndresGaviriaC
Lea también: No hay derecho con Antioquia