Ciencia ficción: la agencia colombiana de industrias de la innovación y los sectores avanzados innovadores

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Por: Jaime Acosta Puertas

Todo proceso que signifique grandes saltos en la transformación del sistema productivo necesita de visiones y de políticas de largo alcance para construir una ruta de desarrollo cierta, sostenida y confiable.

Colombia debe transformar la producción con nuevas actividades en sectores de alta tecnología y mejorar la competitividad de sectores existentes distintos a los que atentan contra el medio ambiente. El proceso se dinamiza a través de una política de reestructuración productiva (PRP) que eleve la productividad y haga de la innovación y de las exportaciones el motor de crecimiento.

Se requiere una educación de calidad para todos, y más investigación científica y tecnológica para que la innovación sea un movimiento constante y creciente en el sistema productivo, en el Estado y en la cultura de la gente.

De tomar una senda de este tipo, Colombia se convertiría en exportador de bienes, servicios y tecnología, lo cual permitiría desarrollar nuevas capacidades nacionales de conocimiento, investigación y crear un movimiento de emprendimientos disruptivos.

La innovación en el sector público sería estimulada y considerada como parte de un Estado activo en la construcción de nuevas especializaciones y emprendimientos, y en áreas de investigación científica y tecnológica.

El Estado interviene, regula, empuja y se alía con el mercado

Colombia necesita de una política de reestructuración productiva (PRP) acompasada a los retos del cambio productivo, tecnológico y geoestratégico de la producción, de la investigación y del comercio internacional.

En estas condiciones se fortalecerían las relaciones universidad – empresa – estado, sobre todo en sectores avanzados innovadores (SAI) y en áreas de investigación avanzadas, con el propósito de que las innovaciones y los emprendimientos disruptivos no sean excepciones sino dinámicas sostenidas y extendidas en el tiempo (visión y planeación de largo plazo) e irrigada por toda la nación a través de una política de desarrollo regional que promueva la autonomía de los territorios.

La política macroeconómica y la consecuente reforma tributaria servirían para movilizar recursos hacia una economía de alta productividad. Por tanto, la política cambiaria también debe revisarse. La devaluación no es el mejor instrumento para la competitividad y elevar la productividad.

Asimismo, las reformas, laboral, de salud y pensiones deben conversar con la PRP, porque deben ir por donde va la producción, de lo contrario serán piezas aisladas de un sistema económico que se asume inalterable, lo cual haría imposible los cambios estructurales que quiere impulsar el gobierno.

Misión: desarrollar los SAI

La articulación de la PRP y de CTeI debe girar en torno a una gran misión estratégica de desarrollo de los SAI, que aluden a actividades de mayor complejidad tecnológica para nuevas opciones de innovación que elevarían el nivel de una producción inteligente que genere mejores empleos y nuevos emprendimientos innovadores, atraiga más y mejor inversión nacional y extranjera, diversifique y aumente la complejidad de las exportaciones.

Cuáles son los SAI: las industrias y servicios de salud, energías alternativas, industrias 4.0, industria naval, defensa, industrias y servicios del sistema de movilidad, aeroespacial, electrónica, materiales (nanomateriales), turismo ecológico, autosuficiencia alimentaria y agroindustrial, ríos y océanos, el deporte, industrias creativas como el cine, la música y el diseño.

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En el 2026 los SAI incrementarían la participación de los sectores industrial y agrícola en la economía; elevaría, sofisticaría y diversificaría las exportaciones totales y las exportaciones no tradicionales. Colombia ocupa el puesto 145 entre 191 países en la relación de PIB a exportaciones, y para salir del sótano del mundo necesita aumentar la inversión en I+D+i: duplicarla al 2026, llevarla al 1% del PIB en 2030, al 2% en el 2040 y al 3% en el 2050.

Duplicar sostenidamente la inversión en CTeI implica duplicar cada cuatro años y durante veinte o treinta años, el número de investigadores, de doctores y de doctorados, el equipamiento de laboratorios, nuevos centros de investigación, y de esa manera las exportaciones de alta tecnología crecerían más que las otras exportaciones hasta alcanzar el 20% de las exportaciones totales en 20 – 30 años, y las exportaciones industriales podrían lograr una participación en el PIB superior al 24%.

Cuando la CTeI logra participaciones superiores al 1% y supera el 2 y el 3%, aporta al crecimiento de la economía[1], permite desarrollar industrias y servicios para investigar y desarrollar tecnologías avanzadas.

La CTeI tiene impactos positivos en la generación de empleo de alto nivel: más y mejores profesores en todo el sistema de educación, más investigadores, más y mejores profesionales, y más y mejores gerentes y presidentes de empresas. El conocimiento y la investigación producen efectos positivos en la sociedad como ningún otro factor. No es la corrupción, ni la violencia, ni sistemas perversos por donde se va la plata de los colombianos, como ocurre en salud, infraestructura, defensa y otros.

La CTeI debe mirarse como un poderoso sector económico y tecnológico del mundo real. La producción y desarrollo de dispositivos, equipos y aparatos de precisión, son entre otras, actividades muy dinámicas en el comercio mundial de productos ligados a la electrónica. Por tanto, debe ser un sector estratégico de las PRP y de CTeI.

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Las actividades de CTeI y los SAI harían posible la creación de un sistema de empresas del futuro conformado por pymes, grandes empresas, multilatinas, conglomerados empresariales y una nueva generación de empresas disruptivas.

Las grandes empresas nacionales deben ser el motor de la diversificación y de nuevas exportaciones. Con la apertura de la economía ellas decidieron a dónde querían ir y llevar al país, ahora deben ir a donde el país necesita que vayan. En este contexto, fortalecer las multilatinas colombianas es una prioridad estratégica.

La Agencia Colombiana de Industrias de la Innovación (ACIINN) y los SAI

Para desarrollar los SAI se necesita de un organismo especializado dedicado a apoyar la investigación aplicada de alta complejidad. Este gestionaría y articularía acciones entre centros y grupos de investigación con las empresas, y cofinanciaría entre el 30 y 40% de los proyectos elegidos mediante convocatorias públicas. La ACIINN trabajaría con grandes empresas (nacionales y extranjeras), multilatinas y medianas empresas, especializadas en los SAI.

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La financiación de la ACIINN estaría a cargo del Ministerio de Hacienda y de los Ministerios de Ciencia, Tecnología e Innovación, y de Comercio, Industria y Turismo en el marco de la PRP. El Ministerio de Hacienda no puede ser solo un administrador de recursos públicos sin atender y entender las necesidades de los sectores que darán estabilidad a los agregados macroeconómicos.

Su ubicación sería en el Anillo de la Innovación de Bogotá (Corferias – Universidad Nacional) o en un municipio del arco industrial de la Sabana de Bogotá donde está concentradas la mayoría de grandes industrias y algunas de las más avanzadas del país. Chía, Cajicá o Zipaquirá, serían municipios que podrían alojarla porque cuentan con importantes universidades. De esta manera la región norte de la Sábana se convertiría en una región de innovación RINN, como se pensó en 2016.

RED de Centros y grupos de investigación de los SAI.

Esta red la crearía la ACIINN en la cual participarían centros de investigación de otros países aliados con centros y grupos nacionales. También harían parte centros de investigación básica. Tendría recursos humanos de alto nivel, pero no laboratorios de investigación. Es una entidad de gestión no de investigación.

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, fortalecería el equipamiento de los centros y grupos de la Red y el ministerio de Educación la formación de recursos humanos.

Creada la agencia, se impulsaría el Sistema colombiano de los SAI para potencializar los sectores líderes de la reestructuración en cuanto a clusterización, aprendizaje, cambio tecnológico, sustitución de importaciones, inversión extranjera inteligente, y los centros de desarrollo tecnológico de las industrias y servicios de los SAI. Habría algunos nodos regionales como componentes territoriales del sistema.

No se enajenarán más empresas del Estado. Tampoco se podrá perder la participación mayoritaria en empresas estratégicas de los SAI, ni vender empresas privadas clave para el país donde el capital nacional pierda el control total o mayoritario.

La estrategia de atracción de inversión extranjera se enfocaría en aquella que adelante actividades de I+D+i. Tendrían incentivos en las zonas francas los cuales se otorgarían a la que se comprometa con montos mínimos de inversión, se asocien con empresas o centros de investigación nacionales, contraten y formen capital humano colombiano, y exporten.

[1] A nivel de los veintiocho países de la Unión Europea, entre 2002 y 2012 el aumento de la inversión en I+D en 1% del PIB lleva a un crecimiento del PIB en 2,2 puntos porcentuales. Sokolov-Mladenović, S., Cvetanović, S y Mladenović, I. 2016.

Las columnas de opinión de Jaime Acosta Puertas son tomadas de www.confidencialcolombia.com

@acostajaime

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