La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) emitió un nuevo concepto técnico que marca un paso clave en el desarrollo de la energía geotérmica en el país. La entidad autorizó la perforación de pozos de gradiente térmico, un tipo de exploración preliminar que permite medir la temperatura del subsuelo y estimar el potencial de este recurso energético en distintas regiones.
La decisión se enmarca en el Plan Nacional de Desarrollo, que plantea una transición energética segura, confiable y eficiente, con el objetivo de alcanzar la carbono neutralidad y fortalecer la resiliencia climática de los territorios colombianos.
Geotermia en Colombia: avances de la ANLA con pozos de gradiente térmico
Según la ANLA, este tipo de perforaciones no requieren licencia ambiental, siempre y cuando se ejecuten bajo los parámetros definidos, dado que su impacto sobre el medio ambiente es considerado bajo.
¿Qué son los pozos de gradiente térmico?
Los pozos de gradiente térmico son perforaciones superficiales y delgadas que suelen tener profundidades que oscilan entre 50 y algunos cientos de metros. Su finalidad es medir la temperatura en distintos niveles del subsuelo, con el fin de determinar si en la zona existen condiciones favorables para aprovechar la energía geotérmica.
Se trata de un procedimiento exploratorio que permite recopilar información geológica y geofísica esencial para evaluar la viabilidad de proyectos de mayor escala. De acuerdo con la ANLA, estas perforaciones no se consideran actividades de alto impacto ambiental, razón por la cual no están sujetas a licenciamiento ambiental previo.
Sin embargo, la entidad aclaró que este concepto no exime a las empresas o entidades interesadas de cumplir posteriormente con los trámites de licenciamiento necesarios si se avanza hacia fases de exploración y explotación directa del recurso.
Diferencia con otras fases de exploración
La ANLA enfatizó que las demás actividades de exploración geotérmica que intervienen directamente en los reservorios, y que sí pueden generar impactos significativos en acuíferos o ecosistemas subterráneos, continúan estando sujetas al marco normativo ambiental establecido en la Ley 99 de 1993 y el Decreto 1076 de 2015.
En esos casos, los titulares de los proyectos deben presentar estudios ambientales detallados y someterse al acompañamiento de la autoridad para garantizar un manejo adecuado de los recursos hídricos y de los ecosistemas asociados.
Un paso hacia la transición energética
La medida es vista como un avance importante en la diversificación de la matriz energética colombiana, que actualmente depende en gran medida de la hidroelectricidad y de los combustibles fósiles. La energía geotérmica se considera una fuente renovable estable y constante, a diferencia de la solar o la eólica, cuya generación depende de condiciones climáticas.
Expertos en transición energética señalan que Colombia cuenta con un potencial geotérmico significativo, especialmente en zonas con actividad volcánica como el Eje Cafetero, Nariño y la región de los volcanes en el sur del país.
“Este concepto de la ANLA abre la puerta a proyectos exploratorios que nos permitirán conocer mejor el potencial de nuestro territorio”, indicó un investigador en energías renovables de la Universidad Nacional.
Cooperación internacional con Islandia
La ANLA también destacó que trabaja en cooperación con el Gobierno de Islandia, país reconocido como líder mundial en el aprovechamiento de la energía geotérmica. El objetivo es fortalecer capacidades técnicas, institucionales y de conocimiento para implementar en Colombia las mejores prácticas internacionales en este campo.
Islandia ha logrado suplir gran parte de sus necesidades energéticas gracias a la geotermia, no solo en generación eléctrica, sino también en calefacción y otros usos industriales. La cooperación con ese país europeo busca transferir experiencia y tecnología que pueda adaptarse al contexto colombiano.
Retos ambientales y sociales
Si bien el concepto emitido por la ANLA representa un avance, aún existen retos importantes. La exploración y eventual explotación geotérmica debe realizarse con criterios de sostenibilidad, minimizando riesgos sobre acuíferos y sistemas hídricos subterráneos.
Además, los proyectos deben articularse con las comunidades locales, garantizando procesos de participación ciudadana que permitan un desarrollo armónico con los territorios. La confianza social será un factor determinante para la aceptación de estos proyectos.
Hacia una matriz energética más limpia
La transición hacia fuentes renovables es uno de los pilares de la política energética nacional. Según el Ministerio de Minas y Energía, la meta es que en 2030 el 30 % de la generación eléctrica provenga de energías limpias. La geotermia, junto con la solar y la eólica, tendrá un papel central en ese proceso.
Con el concepto emitido, la ANLA da luz verde a los primeros pasos en la exploración de este recurso, lo que podría convertir a Colombia en un referente regional en la adopción de energías renovables no convencionales.
En palabras de la entidad: “Se trata de un procedimiento preliminar que permite avanzar en paralelo al proceso de evaluación ambiental, sin perjuicio de los permisos que deberán tramitarse en fases posteriores”.
La autorización de perforaciones de pozos de gradiente térmico por parte de la ANLA constituye una señal positiva en el camino hacia una Colombia más sostenible y con una matriz energética diversificada.
El reto ahora será convertir estos primeros avances exploratorios en proyectos de generación real que contribuyan a la reducción de emisiones y al cumplimiento de los compromisos climáticos del país.
Con la cooperación internacional y el fortalecimiento de la institucionalidad ambiental, el país busca posicionarse como un actor relevante en el desarrollo de la geotermia en América Latina.
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