En su reunión de este 31 de julio, la Junta Directiva del Banco de la República decidió mantener la tasa de interés sin cambios en 9,25 %, una decisión que se alinea con la expectativa mayoritaria del mercado y responde a un contexto de inflación a la baja, recuperación moderada de la economía y riesgos externos aún latentes.
Previo al anuncio, la Encuesta de Opinión Económica elaborada por ANIF reflejaba un amplio consenso entre los analistas consultados: el 87,5 % anticipaba un recorte de 25 puntos básicos en la tasa de política monetaria, mientras que solo un 12,5 % apostaba por su mantenimiento. De haberse concretado el recorte, sería la segunda reducción en lo que va del año.
El Gerente del Banco de La República, Leonardo Villar, dijo que «La inflación anual en junio se redujo a 4,8% frente a 5,1% en mayo, gracias a una reducción de la inflación de alimentos y de regulados, especialmente la energía eléctrica. La inflación básica (sin alimentos ni regulados) se estabilizó en 4,8%, interrumpiendo su tendencia descendente. Las expectativas de inflación se mantienen por encima de la meta, con un comportamiento estable para las de los analistas y mixto para las provenientes de los mercados de deuda pública».
Además agregó que «La decisión adoptada por la Junta Directiva mantiene una postura cautelosa de la política monetaria que reconoce los riesgos identificados sobre la convergencia de la inflación a la meta. Los futuros movimientos de la tasa de interés responderán a la evolución de la inflación y sus expectativas, la dinámica de la actividad económica, y el balance de riesgos internos y externos».
El ministro de Hacienda aseguró que «El Gobierno quiere manifstar su desacuerdo e inconformidad con la decisión tomada por la mayoría de la Junta».
¿Qué opinaban las entidades antes de la decisión?
La mayoría de las 16 entidades participantes en la encuesta —entre bancos, firmas comisionistas, gremios y centros de pensamiento— coincidía en que una reducción de la tasa a 9,0 % era técnicamente acertada. De hecho, 13 de ellas se ubicaban en lo que ANIF denomina equilibrio técnico-político, es decir, recomendaban el mismo ajuste que creían que ocurriría.

Dos entidades estaban en desacuerdo con un recorte y defendían mantener la tasa en 9,25 %, mientras que Lulo Bank era la única que proponía una reducción más agresiva de 50 puntos básicos.
Inflación cede, pero no lo suficiente
Uno de los principales argumentos para respaldar una reducción moderada era la desaceleración inflacionaria. En junio, la inflación anual se ubicó en 4,82 %, la cifra más baja desde octubre de 2021. Este comportamiento se explicó por menores precios en vivienda, alimentos y salud.
Sin embargo, las expectativas para el cierre de 2025 siguen por encima de la meta: la mediana proyectada por los analistas es de 4,8 %, cuando el techo del rango objetivo del Banco de la República es del 4 %.
Esto sugiere que, aunque hay margen para seguir bajando tasas, la Junta podría actuar con cautela durante el segundo semestre del año.
Recuperación desigual y brecha del producto negativa
El entorno económico también ofrecía argumentos a favor de una postura más flexible. En mayo, el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) mostró un crecimiento anual de 2,8 %, impulsado por el sector terciario (finanzas, comercio, transporte), pero con contracciones en los sectores primario y secundario. La brecha del producto —que refleja la diferencia entre el potencial productivo y el nivel actual de actividad— fue estimada en -1,0 %, lo cual indica subutilización de la capacidad económica.
“En este contexto, una tasa de interés ligeramente más baja podría apoyar la recuperación sin desbordar las presiones inflacionarias”, indicaron varios analistas en el sondeo de ANIF.
¿Qué se espera para el resto del año?
Aunque la decisión de hoy era esperada, el camino hacia nuevas reducciones está lleno de incertidumbres. La evolución del entorno internacional, en particular la política de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos y los nuevos aranceles anunciados por la administración Trump, podrían condicionar las decisiones futuras del banco central colombiano.
Aun así, los analistas estiman que la tasa de intervención podría terminar el año en 8,5 %, lo que implicaría al menos otros dos recortes de 25 puntos básicos en lo que queda de 2025, siempre que la inflación continúe bajando y no haya choques externos relevantes.
“Las condiciones internas respaldan una política monetaria más flexible, pero el margen de maniobra dependerá de cómo evolucionen los riesgos globales y fiscales”, concluyó ANIF en su más reciente análisis.