El deseo que comparten China y Rusia de contribuir a la vacunación de los países en vía de desarrollo «las ha acercado más que nunca».
Por: Redacción 360 Radio
Rusia, que busca producir su vacuna Sputnik V a gran escala, llegó a un acuerdo con farmacéuticas chinas para que fabriquen millones de dosis de su vacuna, por lo que al momento de que esta aterrice en los distintos países del mundo que la adquirieron tendrá el sello de «hecho en China».
Así, aunque los países más ricos ya cuentan con dosis que alcanzan hasta para inmunizar a su población dos veces, existen otros menos favorecidos que no han recibido vacunas ni para la mitad de sus habitantes y es allí donde Rusia y China entrarían.
De acuerdo con Bobo Lo, experto en relaciones China-Rusia y ex subjefe de misión en la embajada de Australia en Moscú, estos países dirigidos por Vladimir Putin y Xi Jinping buscarían ganar terreno a nivel geopolítico, aumentando su influencia en los países en vía de desarrollo a través de las vacunas.
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«Les resulta útil señalar que Occidente está siendo egoísta al limitar la distribución de vacunas a los países en desarrollo. Esta es una narrativa realmente conveniente tanto para Beijing como para Moscú», dijo el experto.
Por ejemplo, es el caso de América Latina. Esta es una región que históricamente ha tenido influencia por parte de Estados Unidos y, sin embargo, hoy países como México y Argentina adquirieron la Sputnik V creada en Rusia y producida por chinos.
Lo mismo sucede en Asia con Indonesia y Turquía, países que han tenido acercamientos más notorios con el país norteamericano y que ahora optan por comprar más vacunas chinas que occidentales. Cabe mencionar que, según un análisis de CNN, ambos países son los mayores compradores de la vacuna china Sinovac, en el orden mencionado.