El turismo interno en Colombia atraviesa una transformación silenciosa pero profunda: cada vez más ciudadanos están eligiendo recorrer el país antes que mirar hacia destinos internacionales. Este renacer del turismo interno responde a una combinación de factores: la búsqueda de experiencias auténticas, los costos más asequibles y un redescubrimiento del valor cultural y natural de los pueblos tradicionales.
Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MINCIT), en los últimos dos años el turismo doméstico ha crecido de forma sostenida, acompañado por un dinamismo en la llegada de visitantes extranjeros, que aumentó un 6,6% entre enero y mayo de 2025 frente al mismo periodo del año anterior. En 2024, los ingresos asociados al sector alcanzaron un máximo histórico de US$10.082 millones, con un papel decisivo del turismo rural y de naturaleza.
Panorama general: En esta nueva ruta del turismo colombiano, Santander se ha consolidado como uno de los epicentros del “puebleo”. La región no solo concentra riqueza arquitectónica y patrimonial, sino que también ofrece paisajes diversos y propuestas de aventura. Barichara, con sus calles de piedra y casas de tapia blanca, es la joya más reconocida, declarada Monumento Nacional en 1978 y considerada por muchos el pueblo más bello del país.
A su alrededor florecen otros destinos: Curití, cuna del trabajo artesanal en fique; San Gil, referente del turismo de aventura en Colombia; y Zapatoca, con su clima primaveral y su patrimonio arquitectónico preservado. Este corredor turístico ha convertido a Santander en un lugar donde conviven tradición, naturaleza y adrenalina.
Turismo interno en Colombia 2025: auge del puebleo y la sostenibilidad
Por qué es importante: La Red Turística de Pueblos Patrimonio, impulsada por el MINCIT, ha sido clave para resaltar localidades que guardan en sus calles la esencia de Colombia. Estos municipios no solo son atractivos turísticos: son archivos vivos de la historia nacional. En 2025, ocho de ellos fueron seleccionados para competir en los Best Tourism Villages de ONU Turismo, un reconocimiento internacional que premia su autenticidad y sostenibilidad.
Dentro de esta red destacan poblaciones de distintas regiones. Santander aporta con Barichara y Zapatoca; Antioquia con Jardín, Jericó y Santa Fe de Antioquia; Boyacá con Villa de Leyva, Monguí y Tinjacá; y el Caribe con Mompox, Patrimonio de la Humanidad. En conjunto, estos pueblos reflejan la diversidad cultural de un país que encuentra en lo local una forma de proyectarse al mundo.
El auge del turismo interno también tiene una lectura económica. Según ProColombia, por cada peso invertido en turismo local se genera un efecto multiplicador de hasta 3,5 veces en sectores como transporte, gastronomía y comercio. Este impacto convierte al turismo en una de las principales herramientas de desarrollo regional, pues dinamiza empleos en hoteles, restaurantes, guías, transportadores y artesanos.
Más allá de los números, el fenómeno del “puebleo” conecta a los viajeros con prácticas comunitarias y tradiciones que corren el riesgo de perderse. Comer en plazas de mercado, aprender oficios artesanales o participar en festividades religiosas son experiencias que fortalecen el vínculo entre visitantes y anfitriones.
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