La recesión: «Lo único bueno es que los tiempos difíciles crean hombres duros, los hombres duros crean buenos tiempos, los buenos tiempos crean hombres débiles y los hombres débiles crean tiempos difíciles…»
Por: Rafael Torres
La crisis de 2008 fue el suceso económico más importante de los últimos veinte años. Después de que el mercado inmobiliario de Estados Unidos colapsara, se dio un efecto dominó que llevó a la caída de toda la economía mundial. Mucha gente perdió sus trabajos y los efectos sociales todavía están vigentes al día de hoy. (La recesión)
La manera para salir de esta crisis fue la política monetaria de la expansión cuantitativa. Una política monetaria sumamente expansionista que permite a los bancos volver a tener liquidez y volver a reactivar la economía para evitar el colapso.
En pocas palabras el gobierno del país más poderoso del mundo tuvo que emitir cantidades extravagantes de dinero, salvando a aquellos banqueros y financieros que habían causado la crisis para evitar el colapso de la economía en un corto plazo.
Aunque la economía mundial se recuperó hasta la pandemia, nunca se pagaron los platos rotos de la crisis debido a que el crecimiento económico estuvo ligado a políticas monetarias con tasas de interés bajas y mucha emisión, en pocas palabras; plata regalada.
Esta semana la Reserva Federal de Estados Unidos anunció una nueva alza en las tasas de interés. Cada día la inflación es un dolor de cabeza para todos los países del mundo, esto combinado a la recesión que dejó el COVID parece ser una bomba tiempo a punto de explotar. La estanflación es un fenómeno económico que se da cuando se combinan los factores de contracción en la economía sumado a una alta inflación.
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Esto lleva a que los gobiernos tengan que subir las tasas de interés para controlar la inflación mientras hay una contracción en la economía. Subir las tasas de interés implica que los inversionistas tienen más incentivos para poner su plata en bonos que invertir en acciones y empresas ya que con tasas altas los bonos le producen buena rentabilidad a riesgo muy bajo.
Esto lleva a que, al haber menos inversión, las empresas les cueste expandirse y a su vez contratan menos gente lo cual lleva a que cada vez sea más difícil conseguir trabajo. Durante más de una década los países tuvieron tasas de interés bajas, lo cual permitió generar riquezas exorbitantes. El hecho de tener tasas tan bajas permite recaudar rondas de inversión a valoraciones ridículas y tener acciones con precios exorbitantes sin tener los números para respaldarlo.
En su libro “el inversionista inteligente” Benjamín Graham menciona como los mercados funcionan como un péndulo que se va moviendo entre activos infravalorados y activos sobrevalorados. El inversionista inteligente es aquel que logra vender los sobrevalorados y comprar los infravalorados. Durante este año el mercado ha hecho varias correcciones. Índices como el NASDAQ, DOW JONES y Standard & Poor ‘s han registrado bajas a lo largo del año. Por otro lado, activos como el bitcoin han perdido gran parte de su valor debido a una corrección en los mercados. Muchas de las grandes riquezas que se hicieron en épocas de plata fácil no van a ser viables en épocas de recesión.
Tengo la suerte de pertenecer a una generación a la cual la pandemia le robó gran parte de su vida universitaria. Una generación a la que tocó entrar a la fuerza de manera virtual y que no le tocó preocuparse de tener buena ropa para verse bien en el trabajo. Todo parece indicar que nos va a tocar vivir nuestros primeros años de vida laboral bajo una recesión.
Lo único bueno es que los tiempos difíciles crean hombres duros, los hombres duros crean buenos tiempos, los buenos tiempos crean hombres débiles y los hombres débiles crean tiempos difíciles. Siempre es en las crisis en donde se encuentran las mejores oportunidades. Así como para muchos el COVID fue una gran oportunidad ojalá que esta recesión sea para muchos el momento de encontrar una oportunidad.