Los discursos en repudio o general, el rechazo social hacia la prostitución y hacia los evidentes lazos criminales que ellas están emanando no solamente en Medellín sino en todo Colombia han demostrado, que es muy necesario, que la ciudad eleve a un nivel del primer orden las herramientas o las estrategias para enfrentar porque no será solamente con discursos, imágenes, vídeos y comentarios en redes sociales o con acciones puntualmente policiales las que logren enfrentar esto.
No hablamos de solución, de una fórmula para conjurar esto, ya que sería irnos un poco a la utopía y por eso consideramos que es necesario que la actual administración de Medellín e incluso con el auspicio de la Gobernación de Antioquia se incorporen en sus instrumentos, herramientas, claro, restrictivas, sociales, pedagógicas, académicas, psicológicas y de salud para poder entender mejor esa situación que ha venido creciendo cada vez más con más fuerza.
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Porque como en la droga pues si no hay demanda, no hay oferta y si no hay demanda para la prostitución, pues no habría ninguna oferta de manera, que acá hay que ahorrar esto de manera integral y con una perspectiva lo suficientemente amplia y es que varias asociaciones pues han expresado esa necesidad al gobierno local y es la de oiga, si queremos luchar con esto, por favor, inclúyanos.
Porque tenemos que ver de dónde están viniendo, cómo están llegando, quién las está trayendo, quién las está induciendo a este mundo, cómo es la relación con los carteles de narcotráfico, cómo es que provienen los niños y niñas, dónde están sus padres, qué ha hecho el ICBF.
De manera que esto es un problema tanto de largo como de ancho que no es ni siquiera de una sola administración, esto es de un tema largo aliento que tiene que ser sostenible en un horizonte de 15 20 años.
Y por ello es por lo que se tienen que tomar medidas más profundas, no seguir hablando de cerrar un lugar para hasta una hora, para luego abrir otro hasta otra y otro hasta otra y dejar población flotante y un lado a otro, y pues el problema se traslada del lugar.
Teniendo en cuenta que si bien la prostitución no es un delito, lo que sí puede hacer la Alcaldía de Medellín con sus herramientas y la Gobernación Antioquia es restringir, volverse molestos poner talanquera a ese ejercicio, sobre todo atacando la demanda, más que la oferta hay que hacerle sentir pánico a todo turista que pise tierra antioqueña con la intención de contratar servicios de prostitución y peor aún si se trata de menores de edad o se trata de mujeres que están siendo vulneradas en su derecho, que están en la práctica secuestradas, víctimas de redes internacionales de trata de mujeres.
Como medio de comunicación consideramos que se da la necesidad de conversar como ciudad sobre un distrito de tolerancia, en donde solo y en ese sector se pueda ejercer la prostitución con el acompañamiento psicológico, psiquiátrico y médico de las autoridades y obviamente la Policía, en donde la lucha contra el tráfico de sustancias alucinógenas sea frontal y en donde simplemente hagamos que esta ciudad no sea un escenario propicio para la prostitución.
O sea, realmente el papel que hay que pensar es atacar por todos los frentes este tipo de situación que están degradante para tantas familias, para una ciudad y para una tierra que ha sufrido en otros tiempos por otras cosas y tenemos que cortar esto y una vez por todas de la manera más pronta posible para no tener que lamentar cosas en el futuro más cercano y en nuestro futuro lejano.