Suavizar los delitos

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EDITORIAL


Nuestro editorial para el día de hoy analiza la propuesta del nuevo ministro de Justicia, Néstor Osuna, que busca conmutar algunos delitos que son considerados menores increíblemente -ya sabemos que en Colombia es normal que existan víctimas de primera, segunda y tercera categoría-, y vemos con preocupación es cómo con el pasar del tiempo se va intentando sensibilizar la gravedad de ciertos delitos que sí afectan la vida cotidiana de muchos colombianos y de qué manera afecta su estabilidad financiera, mental y ponen su vida en peligro cuando estas personas son heridas o incluso asesinadas por ser víctimas de un robo.

Colombia ha dejado envejecer el problema de la falta de cárceles y el hacinamiento, han pasado 12 años sin que se construya una sola cárcel y por el contrario se han derribado algunas, y los presidentes, tanto Juan Manuel Santos como Iván Duque no fueron capaces de sacar una reforma a la justicia, tampoco de construir una sola cárcel, acudieron a la forma más mediocre, facilista y sobre todo que atenta contra el bienestar de los colombianos que cumplen las leyes y las normas, que es soltar presos porque ya no caben, porque consideran que la política criminal «no puede ser la de meter a la cárcel a todo el mundo», así lo dice el nuevo ministro de Justicia.

Osuna ha venido con una idea muy traída de los cabellos en donde dice que a los ladrones que sean aprehendidos cuando se roban un celular, se les va a pedir que le repongan el celular a la persona y se la pague el plan de datos para dicho celular por seis meses, esto si fuese un 28 de diciembre lo podría entender uno como una broma pero no, es el ministro de Justicia quien lo está diciendo muy seriamente, sin sonrojarse.

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La anterior puede terminar de dos formas. En primer lugar, que se aumente la violencia a la hora de cometer los robos, es decir, que los delincuentes vayan a asesinar a la persona para que luego no haya a quién reparar, y luego si lo asesina con arma que es ilegal, será excarcelado y se irá para su domicilio, se vuela o simplemente asesina a los policías que van a detrás de él; si en el mejor de los casos accediera a reparar la víctima el mismo ladrón iría a robar otros tres o cuatro celulares para poder compensar el primer daño hecho.

No hay forma distinta y realmente no se entiende por qué Colombia se empeña en probar otras formas que no existen, que no funcionan, en vez de tomar los casos exitosos de algunos países en donde lo más básico es que todo delito que se cometa en el territorio colombiano tiene que ser castigado, claramente se pueden revisar la severidad de las penas, que los presos por inasistencia alimentaria, por fraude en un cheque y por otra clase de delitos, no tienen la misma peligrosidad que un terrorista o un asesino, entre otros. No se puede pretender que poco a poco nos vayan metiendo a los colombianos que hay delitos que no son tan delitos, que son errores humanos y se debe hacer perdón social y dar un abrazo para que no se vuelva a repetir.

Quien robe un celular, un bolso, una bicicleta o cualquier otra pertenencia de una persona tiene que pagarlo, tiene que ir a la cárcel porque si algo no ha funcionado en Colombia es la total impunidad que se le ha dado a miles de criminales. Seguramente muchas personas estarían dispuestas a pagar más impuestos para mantener a los delincuentes en la cárcel y no verlos en las calles cometiendo delito tras delito.

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