El dólar inició la última semana del año con una tendencia a la baja, en una jornada marcada por la prudencia de los inversionistas y la expectativa frente a las próximas señales de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos. La atención del mercado está puesta en la publicación de las actas de la reunión de diciembre del banco central, que podrían ofrecer pistas sobre el rumbo de las tasas de interés en 2026.
En el mercado colombiano, la divisa estadounidense abrió en 3.699 pesos, registrando una caída frente a la Tasa Representativa del Mercado. Durante las primeras operaciones de la jornada, el dólar se movió en un rango estrecho, reflejando un ambiente de bajo apetito por el riesgo y de escasa liquidez, característico de los últimos días del año.
Mercados y dólar reaccionan con cautela ante próximas decisiones de la Reserva Federal
El comportamiento del dólar estuvo influido por el desempeño de los mercados accionarios en Estados Unidos, donde las grandes compañías tecnológicas volvieron a mostrar debilidad. En las operaciones previas a la apertura de Wall Street, acciones de empresas como Tesla y Nvidia registraron retrocesos, lo que presionó a la baja los principales índices futuros y reforzó la cautela entre los operadores.
En Europa, el panorama fue similar. Las bolsas se movieron sin una dirección clara, en un contexto de incertidumbre por las negociaciones diplomáticas relacionadas con el conflicto en Ucrania, que hasta ahora no han arrojado avances concretos. Este entorno ha limitado la toma de posiciones de riesgo y ha mantenido a los inversionistas a la expectativa de nuevos catalizadores.
Mientras el dólar cedía terreno, los mercados de materias primas mostraron movimientos significativos. La plata experimentó un fuerte repunte, impulsada por temores sobre la disponibilidad de oferta y por el creciente interés especulativo. Analistas señalan que los inventarios del metal se encuentran en niveles históricamente bajos, lo que ha elevado el riesgo de desabastecimiento para sectores industriales que dependen de este insumo.
El oro, por su parte, retrocedió después de varias jornadas de valorización, mientras que el cobre registró un fuerte avance, reflejando la demanda asociada a la transición energética y al desarrollo de nuevas tecnologías. En conjunto, los metales siguen siendo vistos como una alternativa atractiva en un entorno de tasas de interés que, aunque altas, muestran señales de estabilización.
En los mercados financieros, los bonos del Tesoro de Estados Unidos se fortalecieron, con una caída en los rendimientos de los títulos a 10 años, lo que suele interpretarse como una señal de mayor búsqueda de activos refugio. Al mismo tiempo, el dólar, medido a través de un índice frente a una canasta de monedas, se mantuvo estable, pese a la debilidad frente a algunas divisas emergentes.
Las criptomonedas también mostraron volatilidad. Bitcoin superó brevemente los 90.000 dólares antes de recortar parte de sus ganancias, en línea con el comportamiento errático que ha caracterizado a estos activos en las últimas semanas.
A pesar de la corrección observada al inicio de esta semana, los mercados globales cerrarán 2025 con un balance ampliamente positivo. El índice MSCI de renta variable mundial acumula una ganancia superior al 20% en el año, impulsado por el crecimiento de las utilidades corporativas y el entusiasmo alrededor de la inteligencia artificial.
De cara a 2026, los inversionistas siguen atentos a dos variables clave: la trayectoria de las tasas de interés en Estados Unidos y la evolución de las tecnologías emergentes. La combinación de una economía sólida, inflación moderada y expectativas de recortes graduales en el costo del dinero sigue siendo, por ahora, el principal soporte del optimismo en los mercados.