La reciente vinculación de Amaranta Hank (nombre artístico de Alejandra Omaña) como asesora de comunicaciones en el Ministerio de Igualdad ha desatado una fuerte controversia en sectores políticos. Además, ha dejado en evidencia las diferencias entre el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez.
Aunque se trata de una contratación legal, enmarcada en las competencias profesionales de Hank —quien ha trabajado como periodista, escritora y activista feminista—, el debate se ha centrado más en su pasado como actriz de cine para adultos que en el cargo que ocupará dentro de la entidad.
El centro del debate: ¿por qué genera tanto ruido Amaranta Hank?
La discusión pública no ha girado en torno a su experiencia profesional, sino al contraste que muchos perciben entre su perfil y la agenda del Ministerio de Igualdad, una cartera creada para reivindicar los derechos de poblaciones históricamente excluidas, incluidas las mujeres.
En ese contexto, durante el Consejo de Ministros del martes 15 de julio de 2025, el presidente Gustavo Petro reveló diferencias con la vicepresidenta Francia Márquez, al señalar que esta le manifestó su inconformidad con la contratación de Hank.
“El ministerio de la Igualdad no ejecuta. Y la vicepresidenta me dice que se va, que renuncia, si yo nombro a Juan Carlos Florián y a la señora Amaranta Hank en el ministerio. Eso no es igualdad. Los funcionarios de Francia siguen en el ministerio y siguen sin ejecutar”, comentó el presidente en el encuentro, cuyo eje principal era el presupuesto nacional del próximo año.
En un tono que ha sido calificado por varios sectores como discriminatorio, el presidente agregó una declaración polémica:
“A mí nadie que sea negro me dice que hay que excluir a actor porno que creó un sindicato de trabajadores en París”.
Estas palabras, que provocaron rechazo en redes sociales y en círculos académicos, profundizaron el debate no solo sobre la figura de Amranta Hank, sino también sobre los límites del discurso presidencial y la forma como se aborda la igualdad desde el gobierno nacional.
Lo cierto es que detrás del escándalo hay una discusión de fondo: ¿hasta qué punto una persona con pasado polémico puede desempeñar un cargo público técnico? ¿Y por qué sigue siendo tan difícil separar lo profesional de lo personal, especialmente cuando se trata de mujeres?
Hasta el momento, la vicepresidenta Francia Márquez no se ha pronunciado oficialmente sobre el nombramiento de Hank ni sobre las declaraciones de Petro. Sin embargo, este episodio evidencia un distanciamiento político cada vez más visible entre ambos funcionarios, en un contexto marcado por las elecciones presidenciales de 2026.