Los eventos culturales en Colombia rara vez captan la atención internacional. Sin embargo, las nuevas políticas del Gobierno de Estados Unidos pusieron en el foco la presentación de una «ópera transgénero» en Bogotá en marzo de 2022. Se trata de As One, una producción artística que explora la identidad de género y que recibió financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Este gasto de 47.000 dólares fue catalogado por la administración de Donald Trump como un despilfarro de recursos, desatando una fuerte controversia sobre el futuro de la agencia y la dirección de los fondos estadounidenses en el extranjero.
La polémica en torno a USAID y la «ópera transgénero»
USAID ha financiado durante décadas proyectos culturales, educativos y de desarrollo en distintos países. Sin embargo, la administración de Trump ha acusado a la agencia de desperdiciar fondos en iniciativas que no representan un beneficio directo para los contribuyentes estadounidenses. En un comunicado emitido el pasado lunes, la Casa Blanca afirmó que USAID ha sido «incontrolable para los contribuyentes» y ha destinado sumas considerables a lo que calificó como «proyectos ridículos y, en muchos casos, maliciosos».
Entre los ejemplos mencionados por la administración de Trump, además de los fondos para As One en Colombia, se incluyeron 32.000 dólares para un cómic transgénero en Perú, 1.5 millones de dólares para promover la diversidad en Serbia y 2 millones para el activismo LGBT en Guatemala. “El despilfarro, fraude y abuso TERMINAN AHORA”, declaró la Casa Blanca, dejando claro su intención de recortar estos gastos.
As One: Arte y representación en la ópera transgénero
As One es una obra compuesta por Laura Kaminsky, con libreto de Mark Campbell y Kimberly Reed, que se estrenó en 2014 en Estados Unidos. La pieza sigue la historia de Hannah, una persona transgénero que navega por su proceso de autodescubrimiento y transición de género. Desde su estreno, As One ha sido interpretada en diversas ciudades y ha sido reconocida por su impacto en la discusión sobre identidad de género en el arte.
Su presentación en Colombia fue organizada con el apoyo de USAID como parte de un esfuerzo para visibilizar la diversidad de género y promover la inclusión. Sin embargo, este tipo de inversiones han sido fuertemente criticadas por sectores conservadores en EE.UU., que consideran que los fondos deberían destinarse a otros objetivos.
Trump y su cruzada contra USAID
Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha impulsado una serie de reformas para reducir drásticamente el gasto en ayuda internacional. En una de sus primeras acciones, firmó una orden ejecutiva que suspendió la mayor parte del gasto en el extranjero durante 90 días, argumentando que cada dólar debería estar justificado por beneficios concretos para EE.UU.
Trump nombró al senador Marco Rubio como director interino de USAID, quien anunció una «posible reorganización» de la agencia, lo que ha generado incertidumbre entre sus empleados y en los países beneficiarios de la ayuda estadounidense. La medida también ha sido criticada por legisladores demócratas, quienes la consideran «inconstitucional».
El financiamiento de programas culturales y de diversidad ha sido una parte importante de la cooperación internacional de EE.UU. en América Latina. Colombia, como uno de los principales receptores de ayuda estadounidense, podría verse afectada por la reestructuración de USAID. Si bien el país recibe fondos para diversos proyectos, incluyendo seguridad, educación y desarrollo rural, el recorte en iniciativas de diversidad podría significar un retroceso en temas de derechos humanos y representación de minorías.
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La decisión de Trump de limitar el financiamiento a estos programas también pone en entredicho el compromiso de EE.UU. con el desarrollo social en la región. «Cada dólar debe justificarse con pruebas de que hace a EE.UU. más seguro, fuerte y próspero», afirmó el secretario de Estado Rubio, subrayando el nuevo enfoque de la administración.
Sin embargo, la eliminación de fondos para programas culturales y de diversidad podría tener repercusiones a largo plazo en las relaciones de EE.UU. con países aliados. En Colombia, donde los movimientos por los derechos LGBTQ han ganado relevancia en los últimos años, la falta de apoyo podría afectar el progreso alcanzado en inclusión y equidad.
La polémica sobre la «ópera transgénero» en Colombia es solo una pieza de un debate mucho más amplio sobre la dirección de la política exterior de EE.UU. y su compromiso con la cooperación internacional. La administración Trump ha dejado claro que su prioridad es reducir el gasto en el extranjero y alinear cada inversión con los intereses nacionales.
Mientras tanto, defensores de los derechos humanos y del arte como herramienta de transformación social insisten en que iniciativas como As One son esenciales para construir sociedades más inclusivas y diversas.
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