Aruba, conocida como «la isla feliz», no solo se posiciona como uno de los destinos más apetecidos del Caribe, sino que fortalece cada vez más sus vínculos con América Latina, en especial con Colombia. Así lo aseguró Jordan Schlipken Croes, director de la Autoridad de Turismo en Aruba para América Latina, durante una entrevista exclusiva con 360 Radio en el marco de la celebración nacional de los Países Bajos.
Con un 80% de su Producto Interno Bruto (PIB) proveniente del turismo, Aruba no solo trabaja para atraer visitantes, sino que vive de ellos. Este dato contundente pone en evidencia la importancia de diversificar los mercados emisores y de garantizar una experiencia turística de calidad y con sentido social.
Un año histórico para el turismo colombiano en Aruba
«2024 fue el año en el que más colombianos han visitado Aruba en toda nuestra historia. Recibimos 65.000 visitantes provenientes de Colombia, lo cual representa el 40% del turismo latinoamericano que llega a nuestra isla», destacó Schlipken Croes.
Este incremento se debe a varios factores clave: la cercanía geográfica (a tan solo 90 minutos de Bogotá), la seguridad, la ausencia de huracanes y fenómenos como el sargazo, además de una comunicación fluida gracias al dominio del español en la isla.
¿Por qué el colombiano elige Aruba?
«Cuando uno piensa en islas del Caribe, piensa en huracanes. En Aruba jamás ha pasado uno. Además, el sargazo —esas algas marinas que invaden las playas— no afecta nuestras costas», explicó el funcionario.
Pero hay más razones por las que Aruba enamora a los viajeros colombianos:
- Idioma: en Aruba se hablan cuatro lenguas, incluido el español. Esto facilita la comunicación y la experiencia.
- Seguridad: «En Aruba no hay necesidad de tener miles de policías. La cultura local cuida al turista, porque entendemos que vivimos de él».
- Clima y tranquilidad: sin huracanes, sin sargazo, y con playas disponibles todo el año.
- Hospitalidad y cercanía emocional: la calidez del arubeño conecta con el espíritu latino.
Ante el contexto económico global y la incertidumbre en mercados tradicionales como Estados Unidos, Aruba ha volcado su atención hacia América Latina. «Estamos viendo una tendencia muy positiva en el comportamiento del turista latinoamericano. Hasta marzo de 2025, el crecimiento de visitantes de países como Argentina, Brasil, Chile y Perú es del 18% respecto al año pasado», explicó Schlipken Croes.
Pese a un arranque lento en los primeros meses del 2025, el directivo se mostró optimista frente al mercado colombiano: «En enero, febrero y marzo vimos una caída del 14%, pero los datos de ventas proyectadas muestran una recuperación entre mayo y diciembre. Estamos seguros de que vamos a cerrar el año en positivo».
Uno de los grandes retos para consolidar la presencia colombiana en Aruba es la conectividad aérea. «Trabajamos con aerolíneas y con el Aeropuerto El Dorado, además de socios como ProColombia. Actualmente tenemos 14 vuelos semanales desde Bogotá, 7 desde Medellín, 3 desde Cali y también desde Barranquilla. Queremos sumar otras ciudades como Bucaramanga y Pasto».
Esta conectividad ha sido clave para facilitar el acceso desde diferentes regiones del país, aunque aún hay margen para crecer.
Turismo en Aruba con propósito y desarrollo sostenible
Aruba ha apostado por un modelo turístico que genere valor para su población local. «No tenemos muchos hoteles todo incluido porque queremos que el turista salga a conocer la isla, que cruce la calle y coma en el restaurante del tío, del vecino. Así circula la economía en toda la isla», dijo el directivo.
Esa filosofía, heredada también de la cultura neerlandesa, se refleja en la forma en que Aruba opera su industria turística. «La puntualidad, el profesionalismo y el sentido de responsabilidad vienen en parte de ser parte de los Países Bajos, pero lo que realmente nos mueve es saber que el turismo es nuestra herencia y el futuro de nuestras generaciones».
El mensaje: Aruba está lista para recibir a los colombianos
El turismo en Aruba no es una casualidad, es un plan estructurado y un modo de vida. Y en ese plan, Colombia tiene un lugar destacado. La invitación, como concluyó Schlipken Croes, es clara: «A toda la audiencia los invitamos a la isla feliz. Realmente somos la isla feliz: uno, porque somos felices; y dos, porque vas a ser feliz también».